Yessie Macchi

 

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Desde Asunción - Paraguay
Carlos Amir González
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Soy de los pelados de mameluco gris numerado, que luego de cuatro años y algunos meses, tuvo la suerte de ser liberado del Penal de Libertad. Eran los años 80, para algunos la opción más clara era el exilio, para otros fue quedarnos, quizás para quedarla de nuevo. Nos tocó rapados ir a pedir un empleo y que un patrón con rostro espantado nos dijera..."¿ quién lo mandó junto a mí ?"...y tener que contestarle...- solo vine porque me dijeron que me podía dar un trabajo, pero no se preocupe si no tiene, y no me pida que sea soplón.

Pero estas vicisitudes de una sociedad que estaba aterrada, que la habían tornado antisolidaria e individualista, en el viejo y querido "sálvese quién pueda"; la transitábamos con mayor "convicción para su transformación" quienes tras nuestras espaldas militantes habíamos dejado a nuestras compañeras en el Penal de Punta de Rieles, y a nuestros compañeros en el Penal de Libertad, acumulando año tras año frustraciones y desesperanza, aunque nos constaba que la "firmeza político-ideológica de los nuestros" era capaz de seguir construyendo la "historia de la resistencia al fascismo cívico-militar uruguayo".

Nos tocó ser interrogados - en la Dirección Nacional de Inteligencia y Enlace, donde teníamos que firmar cada quince días, y por la cual habíamos sido detenidos y torturados - a causa de un paro que hicimos por la restitución de un compañero en un taller metalúrgico. Nos tocó cortar varillas de ocho con el esfínter en la reconstrución clandestina de nuestras fuerzas políticas de la izquierda uruguaya y del movimiento sindical y popular. Pero se pudo y lo HICIMOS, y no lograron que "todos" nuestros compañeros se pudriesen y muriesen en las cárceles, pero sí muchos...de aquellos que Arismendi dijo..." en esas cárceles está el ORO EN POLVO DE LA REVOLUCION URUGUAYA"... y hoy día algunos de nuestros compañeros devenidos en burócratas parlamentarios, definen cuanto vale el dolor y los padecimientos de una pléyade de mujeres y hombres que como dijo alguien...NUNCA TAN POCOS DIERON TANTO, POR TANTOS...

En los primeros meses del 86, luego de una ocupación y huelga de 4 meses, fuimos todos despedidos del taller metalúrgico donde trabajaba. La venganza del chinito de mis patrones hizo que a mí en particular me pagasen la indemnización en "cómodas cuotas anuales". Unos compañeros me informaron que en el primer piso de un viejo edificio sobre 18 de julio entre Andes y la plaza Independencia, estaban entregando alguna ayuda a víctimas del régimen dictatorial. Me había anunciado telefónicamente, me abrió la puerta y me saludó con amplia sonrisa la propia YESSIE MACCHI..."Hola Carlitos, pasá por acá que vamos a ver en que te podemos ayudar...". Me lo dijo con un cariño y de forma tan afable, que parecía me conocía de toda la vida. Y para mí ella tenía rasgos de epopeya, de leyenda...era Viglietti cantando..."La muchacha, de cabellos claros,/ la guerrillera/ la que apareció en los diarios.../  y luego..."pero te canto compañera / pero te digo mujer entera"... y Gastón Chiarlo (Dino) cantándole a esa Paloma que nació entre rejas...y que voló por encima del Penal de Punta de Rieles...

Luego de todas las vicisitudes vividas por los "nuestros", aquella ayuda solidaria me hizo acordar a un comentario de un compañero en el Penal..."Carlitos, lo más importante de los paquetes con víveres y tabaco que nos envían nuestros amigos y familiares desde fuera, queda dentro de la bolsa de plastillera cuando vaciamos la misma, es el calor, cariño y afecto de las manos solidarias de compañeros y compañeras, que cargaron este paquete". 

QUE NUESTRO GRITO EN LOS CIELOS
DE VIVA YESSIE MACCHI POR SIEMPRE
SEA LA CONTINUIDAD DE SUS ACTOS
EN LA TIERRA